El amor no es lo que ves en las películas. No es el éxtasis. No es lo que ves en esa escena... ¿sabes a lo que me refiero?
Te lo digo ahora: el verdadero amor es sacrificio.
Amor es pensar en otros antes que en tí mismo.
Amor es desinteresado, no es egoísta. Amor es Dios, y Dios es Amor.
El amor se da cuando das tu vida por alguien, ya sea por tu hermano, tu madre, tu padre o tu hermana, e inclusive dar tu vida por tus enemigos. Eso es impensable, pero piensa en eso.
El amor es verdad, piénsalo.
Te voy a poner delante de mí, para que todos puedan ver el amor.
Sé que voy a estar bien, mientras tú seas mi guía, mi amor.
El amor es paciente, el amor es bondadoso, no es envidioso, no es jactancioso, no es orgulloso. El amor no es rudo, no es egoísta, no se irrita fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, pero se regocija con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca falla, el amor es interminable, es eterno, sigue y sigue, va más allá del tiempo. El amor es lo único que permanecerá después de la muerte.
No hay amor más grande que este: el del que da la vida por sus amigos. ¿Estás dispuesto a entregar tu vida por tus amigos? Probablemente estés dispuesto a dar tu vida por tu madre, por tu padre o por tu mejor amigo, pero... ¿estás dispuesto a entregar tu vida incluso por aquellos que te odian?
Voy a decirte quién hizo eso. La definición de amor es: Jesucristo. Él es el amor.
Los clavos en sus manos, las espinas en su frente, aguantando en una cruz por tus pecados, por mis pecados: eso es amor. Él murió por tí, Él murió por mí.
Amor perfecto
No hay comentarios:
Publicar un comentario