Una brisa de esperanza acaricia tu alma, sin saber muy bien cómo ni por qué.
En los momentos más oscuros, y tenebrosos, aquellos en los que no ves absolutamente nada. Todo es vacío a tu alrededor y también dentro de tí.
Pero nadie sabe por qué misterio... Tu corazón se enciende. Algo dentro de tí te empuja hacia abajo, te susurra al oído.. "abandona, no vale la pena", "esto supone demasiado sacrificio, no estás preparada" , "aléjate, y te liberarás". Qué atractiva es esa voz... qué tentadora. Si te dejas llevar por ella puedes sucumbir a sus encantos. Déjame darte un consejo: lejos de la habladuría popular que dice.. "acalla esa voz, no la escuches" Yo te diré otra cosa, desde mi pequeña experiencia: escúchala. Escucha esa voz, siéntate a su lado y óyela. Nada atrae más que alguien que huye... No huyas. Siéntate, dala el gusto y escúchala. Haz acopio de toda tu fuerza de voluntad, para no tambalearte, para no caer, y escúchala. Luego.. di NO. Díselo, pero un "no" hondo, convencido, rotundo, sin dilación. Y márchate.
Ve en busca del camino que te dicta el corazón. No tengas miedo.. Sabrás perfectamente diferenciar esa voz... Una de ellas te empuja hacia abajo, la otra te llena de amor.
La esperanza no es un sentimiento. Hay que saberlo, la esperanza es un "sí". Un ejercicio de fuerza de voluntad, de autoconvencimiento, de ímpetu, de fuego, de sed de lucha.
Y es que cuando estás en equilibrio contigo mismo, estás en equilibrio con el mundo. Cuando estás en equilibrio con el mundo, puedes amar.
Por eso quiérete. Di "sí" a la vida, y al amor con el primer rayo de Sol que asome por tu ventana.
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