:)
Puedes acariciar a la gente con palabras
miércoles, 19 de junio de 2013
lunes, 17 de junio de 2013
Silencio
Sólo cuando estamos en silencio puede desatarse nuestro potencial creativo.
Sólo en el silencio, descubrimos verdades insoldables.
En los huecos entre palabras, entendemos su significado.
Sólo cuando cerramos un libro, el mensaje nos llega con toda su crudeza, con toda su libertad.
Sólo en las miradas silenciosas, percibimos la presencia del otro.
El silencio abre la puerta a nuestros demonios, y deja a nuestros ángeles reposar.
Sólo en el silencio, descubrimos verdades insoldables.
En los huecos entre palabras, entendemos su significado.
Sólo cuando cerramos un libro, el mensaje nos llega con toda su crudeza, con toda su libertad.
Sólo en las miradas silenciosas, percibimos la presencia del otro.
El silencio abre la puerta a nuestros demonios, y deja a nuestros ángeles reposar.
sábado, 8 de junio de 2013
viernes, 17 de mayo de 2013
Viaje interior
Abre tu mente, y mira por dentro.
Echa un vistazo a tu interior, pero tratando siempre de que no te atrape.
Para mirar bien por fuera, hay que saber mirar bien por dentro.
Solo puedes amar, si conoces. Quien no conoce a alguien, no puede amarle del todo. Por eso, conócete a tí mismo en profundidad, para poder amarte bien, y poder "amar al prójimo como a tí mismo".
Coge la mochila, el chubasquero, las botas y el mapa, y emprende de una vez el camino. No tengas miedo de empaparte, porque puedo asegurarte que lloverá, y tendrás que refugiarte en las cabañas internas que hayas construido a lo largo de tu vida. Te aseguro también que verás un sol radiante, que mirarás al cielo y verás los recuerdos más bellos de tu pasado, y te cegará la vista todo el amor que recibiste, sin nada a cambio. También sentirás frío y revivirás los más profundos dolores, tendrás que dormir sobre la nieve y que amanecerás con escarcha en la cara, como aquellos días que te quedaste dormida entre el llanto. También atravesarás desiertos yermos, verás zonas vacías en tí, y tendrás que aprender a construir allí nuevas civilizaciones y tendrás que llevar vida, o... dejarlo desierto, quién sabe. Dicen que es necesario tener dentro de tí huecos vacíos, sin ruidos.
Te aseguro que atravesarás puentes quebradizos, y que sentirás miedo de caer dentro de tí mismo, pero no olvides el principio que te conduce, y continúa. Te maravillarás de la belleza de tus atardeceres, entre las callejuelas de tu pueblo, y mirarás con nostalgia y amor. Procura que en el viaje tu mirada se vaya transformando. Es el objetivo.
Quizá llegues desnudo a tu destino, quizá en este viaje personal pierdas todo cuanto llevabas, excepto una cosa: la esperanza.
Cuando llegues, descubrirás en milagro.
Echa un vistazo a tu interior, pero tratando siempre de que no te atrape.
Para mirar bien por fuera, hay que saber mirar bien por dentro.
Solo puedes amar, si conoces. Quien no conoce a alguien, no puede amarle del todo. Por eso, conócete a tí mismo en profundidad, para poder amarte bien, y poder "amar al prójimo como a tí mismo".
Coge la mochila, el chubasquero, las botas y el mapa, y emprende de una vez el camino. No tengas miedo de empaparte, porque puedo asegurarte que lloverá, y tendrás que refugiarte en las cabañas internas que hayas construido a lo largo de tu vida. Te aseguro también que verás un sol radiante, que mirarás al cielo y verás los recuerdos más bellos de tu pasado, y te cegará la vista todo el amor que recibiste, sin nada a cambio. También sentirás frío y revivirás los más profundos dolores, tendrás que dormir sobre la nieve y que amanecerás con escarcha en la cara, como aquellos días que te quedaste dormida entre el llanto. También atravesarás desiertos yermos, verás zonas vacías en tí, y tendrás que aprender a construir allí nuevas civilizaciones y tendrás que llevar vida, o... dejarlo desierto, quién sabe. Dicen que es necesario tener dentro de tí huecos vacíos, sin ruidos.
Te aseguro que atravesarás puentes quebradizos, y que sentirás miedo de caer dentro de tí mismo, pero no olvides el principio que te conduce, y continúa. Te maravillarás de la belleza de tus atardeceres, entre las callejuelas de tu pueblo, y mirarás con nostalgia y amor. Procura que en el viaje tu mirada se vaya transformando. Es el objetivo.
Quizá llegues desnudo a tu destino, quizá en este viaje personal pierdas todo cuanto llevabas, excepto una cosa: la esperanza.
Cuando llegues, descubrirás en milagro.
domingo, 12 de mayo de 2013
Mamá
Desde su corazón, te mandó sus latidos hasta el vientre. Te regaló casi todo lo que comía para nutrirte de vida. La dió igual estar fea, porque lo que llevaba en su interior era más bello que su belleza. La diste patadas desde dentro, y ella tan solo acarició su barriga , tocándote desde fuera y esbozando una sonrisa.
Fuiste, y eres, su sueño por cumplir. Fuiste los biberones, los chupetes, los pañales y las rabietas esperando ansiosas tu venida. Fuiste y eres sus proyecciones, las respuestas a todas sus preguntas.
Ella fue tu hogar durante nueve meses. Fue tu borbotón de vida, fue la misma sangre que corría por tus venas. Podemos decir que hemos vivido dentro de alguien alguna vez, podemos decir que nos hemos alimentado de su corazón, y que hemos sido su peso, y que hemos sido el sueño más precioso de alguien: de nuestras madres.
Nuestro primer llanto fue su primera lágrima de amor verdadero, de amor maternal en las cuatro paredes del hospital. Las gotas de sudor que caían por su frente se consolaban cuando ella rozó con sus manos mis mejillas, cuando me apretó contra su pecho. Sé que ella lloró cuando vio los dedos de mis pies moverse pero sé que fueron lágrimas de felicidad.
Ella estuvo ahí en mi primer llanto, y permanece.
Ella me vió desnuda, y sigue haciéndolo, sigue viendo mi alma al descubierto, tal y como es.
Ella me alimentó, y continúa alimentándome con sus palabras.
Ella me dió la bienvenida cuando entré por la puerta entre pañales por primera vez, y continúa haciéndolo todos los días, cuando oye las llaves.
Fuiste, y eres, su sueño por cumplir. Fuiste los biberones, los chupetes, los pañales y las rabietas esperando ansiosas tu venida. Fuiste y eres sus proyecciones, las respuestas a todas sus preguntas.
Ella fue tu hogar durante nueve meses. Fue tu borbotón de vida, fue la misma sangre que corría por tus venas. Podemos decir que hemos vivido dentro de alguien alguna vez, podemos decir que nos hemos alimentado de su corazón, y que hemos sido su peso, y que hemos sido el sueño más precioso de alguien: de nuestras madres.
Nuestro primer llanto fue su primera lágrima de amor verdadero, de amor maternal en las cuatro paredes del hospital. Las gotas de sudor que caían por su frente se consolaban cuando ella rozó con sus manos mis mejillas, cuando me apretó contra su pecho. Sé que ella lloró cuando vio los dedos de mis pies moverse pero sé que fueron lágrimas de felicidad.
Ella estuvo ahí en mi primer llanto, y permanece.
Ella me vió desnuda, y sigue haciéndolo, sigue viendo mi alma al descubierto, tal y como es.
Ella me alimentó, y continúa alimentándome con sus palabras.
Ella me dió la bienvenida cuando entré por la puerta entre pañales por primera vez, y continúa haciéndolo todos los días, cuando oye las llaves.
Música y Poesía
La música, acompañada de la poesía, formarían algo así como el éxtasis del arte. Los violines persiguen a la palabra que se resbala entre las notas de voz de quien las hace manar de sus labios.
La música, con la poesía, formarían algo así como un himno a la vida. Son las gotas de agua que se estiran perezosas en las hojas al caer la mañana. Conforman la geometría de los rayos de luz que se incrustan al atravesar el agua, acristalados.
La música y la poesía anuncian el nacimiento de un nuevo cordero en las praderas de las montañas.
La música y la poesía detonan la explosión de las estrellas en el Universo, nos advierten de nuestra pequeñez y de nuestra grandiosidad. Y es que, hermanos, tenemos el Universo dentro de nosotros mismos.
La música, con la poesía, formarían algo así como un himno a la vida. Son las gotas de agua que se estiran perezosas en las hojas al caer la mañana. Conforman la geometría de los rayos de luz que se incrustan al atravesar el agua, acristalados.
La música y la poesía anuncian el nacimiento de un nuevo cordero en las praderas de las montañas.
La música y la poesía detonan la explosión de las estrellas en el Universo, nos advierten de nuestra pequeñez y de nuestra grandiosidad. Y es que, hermanos, tenemos el Universo dentro de nosotros mismos.
Preguntas
Vas cuesta abajo y sin frenos, pero notando la bofetada de viento golpeándote la cara, y ves pasar todo muy rápido a tu lado, con la sensación de velocidad en las entrañas.
El vértigo de la duda, el interrogante arrogante y jactancioso que se cuela por la rendija más leve que encuentra.
La duda es móvil, la duda genera movilidad. Corre en pos del hombre, hasta alcanzarle, hasta atropellarle y arrollarlo con sus puntos suspensivos. Somos como palomas mensajeras, enviadas a alcanzar una respuesta, y quedarnos en ella, y en ella reposar. La pregunta es la vida. La respuesta es la muerte.
Hay quien busca durante toda su existencia en la Tierra, sin encontrar respuesta. Hay quien, sin embargo, tiene el privilegio de hallar la respuesta, la pieza que falta, y permanecer en ella. Estas personas poseen un remanso de paz que hasta perturba. La paz propia de alguien que ha dejado de buscar, porque ha encontrado su sitio, su verdad.
domingo, 28 de abril de 2013
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"Las personas más bellas que con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la lucha, conocido la pérdida y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que nos llena. Compasión, humildad, y una profunda inquietud amorosa.
La gente bella no surge de la nada"
Elisabeth Kubler-Ross
La gente bella no surge de la nada"
Elisabeth Kubler-Ross
sábado, 20 de abril de 2013
El Señor de los Anillos
"Pero henos aquí, igual que las grandes historias, señor Frodo, las que realmente importan, llenas de oscuridad y de constantes peligros. Esas en las que no quieres saber el final, porque ¿cómo van a acabar bien? ¿cómo volverá el mundo a ser lo que era después de tanta maldad como la que ha sufrido?
Pero, al final, todo es pasajero. Como esta sombra, incluso la oscuridad se acaba, para dar paso a un nuevo día. Y cuando el Sol brilla, brilla más radiante aun. Esas son las historias que llenan el corazón, porque tienen mucho sentido, aun cuando eres demasiado pequeño para entenderlas.
Pero creo, señor Frodo, que ya lo entiendo. Ahora lo entiendo. Los protagonistas de esas historias se rendirían si quisieran. Pero no lo hacen, siguen adelante, porque todos luchan por algo".
El Señor de los Anillos. Las Dos Torres
Pero, al final, todo es pasajero. Como esta sombra, incluso la oscuridad se acaba, para dar paso a un nuevo día. Y cuando el Sol brilla, brilla más radiante aun. Esas son las historias que llenan el corazón, porque tienen mucho sentido, aun cuando eres demasiado pequeño para entenderlas.
Pero creo, señor Frodo, que ya lo entiendo. Ahora lo entiendo. Los protagonistas de esas historias se rendirían si quisieran. Pero no lo hacen, siguen adelante, porque todos luchan por algo".
El Señor de los Anillos. Las Dos Torres
domingo, 14 de abril de 2013
viernes, 29 de marzo de 2013
Sometimes
Creo firmemente que todos deberíamos tener nuestro propio libro.
No es ninguna tontería, al menos para mí. Desde el gitano que ha vivido siempre en sus chabolas, feliz, entre el barro y las sábanas tendidas, hasta el erudito nómada cuyos ojos han visto millones de aventuras.
Cada vida es un milagro en sí mismo, con total independencia de su movilidad, su cultura o sus experiencias.
El niño que murió a los 3 años de nacer también tiene una historia, una historia breve, pero no por ello menos rica. Quizá enseñó a sus padres el valor verdadero de la vida, quizá con él esculpieron un sueño que al poco se derribó, pero un sueño que ahora les cuida desde el Cielo.
El científico cuya vida se consagra a su laboratorio también tiene una vida prendida por el fuego de la experiencia. Quién sabe si quizá le mueva por dentro el deseo inconfesable de descubrir la cura contra el cáncer, o para él la estructura de la materia constituya el cuadro más precioso jamás pintado.
O el espíritu libre, que vuela por el mundo como si su verdad se encontrase retenida en un arbusto de los Alpes, esperando ser hallada. Aquel que escribe en un viejo cuaderno cuanto ven sus ojos, cuanto escuchan sus oídos, cobijándose, escondiéndose en las callejuelas de la India. El espectador de besos en las estaciones de tren, vagabundo del mundo, prisionero de un espíritu aventurero que no le deja apenas respirar. Contemplativo de la naturaleza, y activo del amor, en busca de un alma, o varias, sobre las que pueda derrochar su ansia de amar, como se esparce la nieve sobre los campos en los que tantas veces ha dormido. Buscando una persona a la que curar con sus experiencias, a la que sostener sobre las llamas, abrasándose los pies. Aquella persona con la que conquistar la Sabana africana y capturar mil imágenes que mirar en álbumes viejos cuando la piel empiece a replegarse sobre sí misma.
Pero cuidado.. Parece que aquí sólo las historias bellas y felices tienen sentido.
Nada más lejos de la realidad. Qué del mundo si no hubiese conocido la historia de Anna Frank, o los centenares de historias de judíos recluídos en campos de concentración. Qué de aquellos padres que tienen que ver a su hijo fallecer, o de aquel con una fuerte y acuciante depresión. La historia de ese que permanece en un psiquiátrico, sin libertad. Todas esas historias tienen mucho sentido, sobre todo porque tienen eco, eco en la eternidad. Pasan todo tipo de barreras, superan la barrera del tiempo para enseñar algo a la humanidad, y se convierten en nuevos testimonios, son la piedra a la que se agarran muchos cuando están a punto de caer al precipicio, son cuentos de héroes reales, que a pesar del dolor lograron dar sentido a sus vidas. Pero mucho cuidado: para que una vida adquiera sentido... solo hay una condición indispensable: no rendirse ante el dolor
No es ninguna tontería, al menos para mí. Desde el gitano que ha vivido siempre en sus chabolas, feliz, entre el barro y las sábanas tendidas, hasta el erudito nómada cuyos ojos han visto millones de aventuras.
Cada vida es un milagro en sí mismo, con total independencia de su movilidad, su cultura o sus experiencias.
El niño que murió a los 3 años de nacer también tiene una historia, una historia breve, pero no por ello menos rica. Quizá enseñó a sus padres el valor verdadero de la vida, quizá con él esculpieron un sueño que al poco se derribó, pero un sueño que ahora les cuida desde el Cielo.
El científico cuya vida se consagra a su laboratorio también tiene una vida prendida por el fuego de la experiencia. Quién sabe si quizá le mueva por dentro el deseo inconfesable de descubrir la cura contra el cáncer, o para él la estructura de la materia constituya el cuadro más precioso jamás pintado.
O el espíritu libre, que vuela por el mundo como si su verdad se encontrase retenida en un arbusto de los Alpes, esperando ser hallada. Aquel que escribe en un viejo cuaderno cuanto ven sus ojos, cuanto escuchan sus oídos, cobijándose, escondiéndose en las callejuelas de la India. El espectador de besos en las estaciones de tren, vagabundo del mundo, prisionero de un espíritu aventurero que no le deja apenas respirar. Contemplativo de la naturaleza, y activo del amor, en busca de un alma, o varias, sobre las que pueda derrochar su ansia de amar, como se esparce la nieve sobre los campos en los que tantas veces ha dormido. Buscando una persona a la que curar con sus experiencias, a la que sostener sobre las llamas, abrasándose los pies. Aquella persona con la que conquistar la Sabana africana y capturar mil imágenes que mirar en álbumes viejos cuando la piel empiece a replegarse sobre sí misma.
Pero cuidado.. Parece que aquí sólo las historias bellas y felices tienen sentido.
Nada más lejos de la realidad. Qué del mundo si no hubiese conocido la historia de Anna Frank, o los centenares de historias de judíos recluídos en campos de concentración. Qué de aquellos padres que tienen que ver a su hijo fallecer, o de aquel con una fuerte y acuciante depresión. La historia de ese que permanece en un psiquiátrico, sin libertad. Todas esas historias tienen mucho sentido, sobre todo porque tienen eco, eco en la eternidad. Pasan todo tipo de barreras, superan la barrera del tiempo para enseñar algo a la humanidad, y se convierten en nuevos testimonios, son la piedra a la que se agarran muchos cuando están a punto de caer al precipicio, son cuentos de héroes reales, que a pesar del dolor lograron dar sentido a sus vidas. Pero mucho cuidado: para que una vida adquiera sentido... solo hay una condición indispensable: no rendirse ante el dolor
lunes, 25 de febrero de 2013
Aldous Huxley
Hacia dónde caminamos.
Son cuantiosas las películas que hablan de futuros catastróficos. De cómo la Tierra es devorada por una poderosa llamarada solar, de cómo es golpeada por un meteorito de magnitudes apoteósicas, o de cómo el propio ser humano destruye, con su progreso voraz e ilimitado, su propio hogar, sus propios recursos.
A este último punto quiero referirme, y es que, tras leer un libro que llegó hace poco a mis manos, no he podido evitar mirar el futuro desde la perspectiva del autor.
Un Mundo Feliz, es el título, y Aldous Huxley, el autor. Un señor escritor que se ocupó con su obra de hacer reflexionar a sus lectores de la importancia de usar bien ese don tan precioso que es nuestra libertad.
En el libro se define, al mínimo detalle, un mundo en el que los niños (rectifico, los humanoides, pues no existen etapas de desarrollo como tal), nacen en probetas, por miles e incluso millones, y de cómo, mediante sofisticados métodos neurobiológicos se les condiciona para vivir en determinado hábitat, para tener determinada fisionomía, y lo que más llama la atención, para pertenecer a determinada ocupación social. Al feto se le condiciona para que desempeñe determinada función, y para que no anhele otra cosa. Mediante electrochoques se consigue que quien ha sido seleccionado para trabajar en una obra, odie los libros, induciéndolos descargas eléctricas cada vez que tocan alguno, cuando acaban de nacer.
Ante el vago resquicio de cualquier emoción negativa, toman soma, una droga que les hace estar en trance durante un tiempo, el suficiente como para que olviden esas horribles emociones tales como la ira, la tristeza, o la duda.
Se prepara a los niños para la aceptación de la muerte, llevándoles a hospitales ya en periodos tempranos de madurez, pues sería un error que se repeliese la muerte. Supondría una superpoblación y por tanto, la desaparición de la civilización.
Allí, "todo el mundo pertenece a todo el mundo". La monogamia es insultante, la familia inexistente y el dolor despreciable.
¿Y el amor? No existe. Los hombres de antaño (quizá los de hoy) eran supersticiosos que creían en una fuerza renovadora llamada amor, ¡ilusos! Cualquier tipo de vínculo humano se debe sólo a reacciones químicas placenteras. Allí, sólo lo útil es valioso.
Y aquí entra en juego nuestro juicio, compañeros.
La última parte, asoma leves destellos de lo que es la civilización de hoy. Cada día, y con más fuerza, tendemos a pensar que somos meras máquinas naturales repetidas, en lugar de pensar que cada ser humano es único, insustituible, e irrepetible.
Cada día, con más poder, se hace patente que el hombre es un animal, y eso nos lleva a comportarnos como tal. A probar el sabor de diferentes hormonas, de diferentes carnes, de diferentes placeres. Creemos avanzar, pero nos equivocamos, retrocedemos. El compromiso aterra, resta libertad, ¿verdad? Y es cierto, resta libertad cuando no sabemos establecer relaciones humanas, cuando no sabemos apreciar, valorar y cuidar lo que tenemos entre manos. Resta libertad cuando no me vale, cuando no me sirve, cuando no me da placer. Una visión utilitaria, y muy actual.
La humanidad de Aldous Huxley ha pagado un precio muy alto por la felicidad (mejor diría, la segregación de hormonas placenteras, pues felicidad es algo mucho más elevado): ha pagado su libertad.
Cuidado, hay que tener mucho cuidado cuando se habla de progreso. El progreso es algo totalmente necesario, es la señal de que la humanidad sigue viva, avanzando y descubriendo, abriéndose camino. Pero cuidado, no vaya a ser que el progreso atropelle al hombre, abocándolo a un retroceso sin remedio
Son cuantiosas las películas que hablan de futuros catastróficos. De cómo la Tierra es devorada por una poderosa llamarada solar, de cómo es golpeada por un meteorito de magnitudes apoteósicas, o de cómo el propio ser humano destruye, con su progreso voraz e ilimitado, su propio hogar, sus propios recursos.
A este último punto quiero referirme, y es que, tras leer un libro que llegó hace poco a mis manos, no he podido evitar mirar el futuro desde la perspectiva del autor.
Un Mundo Feliz, es el título, y Aldous Huxley, el autor. Un señor escritor que se ocupó con su obra de hacer reflexionar a sus lectores de la importancia de usar bien ese don tan precioso que es nuestra libertad.
En el libro se define, al mínimo detalle, un mundo en el que los niños (rectifico, los humanoides, pues no existen etapas de desarrollo como tal), nacen en probetas, por miles e incluso millones, y de cómo, mediante sofisticados métodos neurobiológicos se les condiciona para vivir en determinado hábitat, para tener determinada fisionomía, y lo que más llama la atención, para pertenecer a determinada ocupación social. Al feto se le condiciona para que desempeñe determinada función, y para que no anhele otra cosa. Mediante electrochoques se consigue que quien ha sido seleccionado para trabajar en una obra, odie los libros, induciéndolos descargas eléctricas cada vez que tocan alguno, cuando acaban de nacer.
Ante el vago resquicio de cualquier emoción negativa, toman soma, una droga que les hace estar en trance durante un tiempo, el suficiente como para que olviden esas horribles emociones tales como la ira, la tristeza, o la duda.
Se prepara a los niños para la aceptación de la muerte, llevándoles a hospitales ya en periodos tempranos de madurez, pues sería un error que se repeliese la muerte. Supondría una superpoblación y por tanto, la desaparición de la civilización.
Allí, "todo el mundo pertenece a todo el mundo". La monogamia es insultante, la familia inexistente y el dolor despreciable.
¿Y el amor? No existe. Los hombres de antaño (quizá los de hoy) eran supersticiosos que creían en una fuerza renovadora llamada amor, ¡ilusos! Cualquier tipo de vínculo humano se debe sólo a reacciones químicas placenteras. Allí, sólo lo útil es valioso.
Y aquí entra en juego nuestro juicio, compañeros.
La última parte, asoma leves destellos de lo que es la civilización de hoy. Cada día, y con más fuerza, tendemos a pensar que somos meras máquinas naturales repetidas, en lugar de pensar que cada ser humano es único, insustituible, e irrepetible.
Cada día, con más poder, se hace patente que el hombre es un animal, y eso nos lleva a comportarnos como tal. A probar el sabor de diferentes hormonas, de diferentes carnes, de diferentes placeres. Creemos avanzar, pero nos equivocamos, retrocedemos. El compromiso aterra, resta libertad, ¿verdad? Y es cierto, resta libertad cuando no sabemos establecer relaciones humanas, cuando no sabemos apreciar, valorar y cuidar lo que tenemos entre manos. Resta libertad cuando no me vale, cuando no me sirve, cuando no me da placer. Una visión utilitaria, y muy actual.
La humanidad de Aldous Huxley ha pagado un precio muy alto por la felicidad (mejor diría, la segregación de hormonas placenteras, pues felicidad es algo mucho más elevado): ha pagado su libertad.
Cuidado, hay que tener mucho cuidado cuando se habla de progreso. El progreso es algo totalmente necesario, es la señal de que la humanidad sigue viva, avanzando y descubriendo, abriéndose camino. Pero cuidado, no vaya a ser que el progreso atropelle al hombre, abocándolo a un retroceso sin remedio
viernes, 1 de febrero de 2013
Viktor Frankl
En ese estado de embriaguez nostálgica se cruzó por mi mente un pensamiento que me petrificó, pues por primera vez comprendí la sólida verdad dispersa en las canciones de tantos poetas o proclamada en la brillante sabiduría de los pensadores y filósofos: el amor es la meta última y más alta a la que puede aspirar el hombre. Entonces percibí en toda su hondura el significado del mayor secreto que la poesía, el pensamiento y las creencias humanas intentan comunicarnos: la salvación del hombre sólo es posible en el amor y a través del amor.
Intuí cómo un hombre, despojado de todo, puede saborear la felicidad -aunque sólo sea un suspiro de felicidad- si comtempla el rostro de su ser querido. Aun cuando el hombre se encuentre en una situación de desolación absoluta, sin la posibilidad de expresarse por medio de una acción positiva, con el único horizonte vital de soportar correctamente -con dignidad- el sufrimiento omnipresente, aun en esa situación ese hombre puede realizarse en la amorosa contemplación de la imagen de su persona amada.
Ahora sí entiendo el sentido y el significado de aquellas palabras: "Los ángeles se abandonan en la contemplación eterna de la gloria infinita".
El hombre en busca de sentido. Viktor Frankl
Intuí cómo un hombre, despojado de todo, puede saborear la felicidad -aunque sólo sea un suspiro de felicidad- si comtempla el rostro de su ser querido. Aun cuando el hombre se encuentre en una situación de desolación absoluta, sin la posibilidad de expresarse por medio de una acción positiva, con el único horizonte vital de soportar correctamente -con dignidad- el sufrimiento omnipresente, aun en esa situación ese hombre puede realizarse en la amorosa contemplación de la imagen de su persona amada.
Ahora sí entiendo el sentido y el significado de aquellas palabras: "Los ángeles se abandonan en la contemplación eterna de la gloria infinita".
El hombre en busca de sentido. Viktor Frankl
lunes, 14 de enero de 2013
Amsterdam
C-69. Amsterdam
Así comienza la crónica de un viaje por tierras del norte de Europa.
Sólo llevábamos encima las maletas, planes en la cabeza y mucha, mucha ilusión.
Como cada historia de este tipo, comienza en un aeropuerto. Ese lugar frío, al tiempo que mágico, donde convergen vidas, donde se encuentran familias, novios, amigos. Donde chocan corazones que empezaban a añorarse. Pero también lugar de despedidas, algunas definitivas, otras temporales. Donde empiezan sueños grandes, la puerta abierta a casi todos los rincones del planeta. El punto de partida de aquellos que buscan su sitio, y lo encuentran.
Nuestra partida era mucho más sencilla. Tan sólo éramos 4 amigos con ganas de descubrir, y descubrirnos.
Despegamos cogidos de la mano, como lo hacemos siempre, para que ninguno se quede atrás. Todo era anecdótico, cualquier holandés era presa de nuestras miradas curiosas.
Nuestras botas pisaron Holanda en apenas dos horas. Ahora éramos libres, adultos, independientes. Nadie nos gobernaría, nadie nos marcaría una hoja de ruta. Solo nos bastaría poner un dedo en algún lugar del mapa, y allí estaríamos.
Hablar un idioma extranjero, tenernos solo a nosotros mismos. Montarnos en un tren, sin estar del todo seguros de su destino.
Mirar con nostalgia por la ventanilla, percibiendo cada forma, cada color, cada mirada de un extraño. Todo era importante.
Esa bruma que rodeaba los edificios, y les daba ese halo de misterio y frialdad, envuelto en un gris melancólico, al tiempo que cálido. Las luces encendidas dentro de las casas, las luces titilantes por toda la ciudad. No había rincón que se librase de la Navidad. Cada barco, cada casa, cada árbol estaba impregnado por el espíritu vívido y alegre propio de estas fechas.
Allí, cada rincón es arte. Las fachadas de los edificios más que construidas, parecen pintadas con la sensibilidad propia de un artista. Los ventanales alargados, los tejados con chimeneas humeando. Cada color rima con el anterior, todo está colocado en un orden perfecto, cuidado al más mínimo detalle. Es una ciudad que no pretende ser otra cosa que eso, una ciudad.
El sentido ecológico, o quizá artístico, o humano, les lleva a utilizar la bici como medio de transporte. Solo hay que ver sus rostros de paz, de ver su ciudad pasar rápido a su alrededor, del aire frío golpeándoles en las mejillas. El padre llevando a sus hijos en la cesta de la bici, la joven con tacones y abrigo de piel, tan sofisticada, pedaleando por las calles de su Holanda, el hippie con su cartera, esquivando a los viandantes con una soltura propia solo de alguien para el que la bici no es solo un medio de transporte, es un vechículo de sueños, la señal más clara de sus ideales.
Allí, se enmarañan las bicis, los coches y los trenes, pero circulan como en un perfecto equilibrio, como por intuición se esquivan unos a otros.
Aun recuerdo los puentes que unías las aceras divididas por canales llenos de barcos iluminados. Las bicis mal aparcadas, las librerías a cada paso, las queserías, las imponentes catedrales y nosotros, confundidos entre la multitud, con los ojos chispeantes y la mirada espectante, y con mucha ilusión
Pero sin duda, si con algo he de quedarme, será con las noches entre humo y reflexiones, aspirando nuestra compañía y saboreando la tranquilidad de la tetería a la que íbamos cada noche, disfrutando de nuestra presencia, de un chocolate caliente, y del aroma a cereza del humo. Hablando de la vida, de nuestros proyectos, de nosotros.
Tampoco puedo eludir las maravillas que vieron mis ojos al comtemplar la obra de semejante artista... Los trazos de colores, las formas y el espíritu de los cuadros de Van Gogh
O la esperanza de una niña enclaustrada por ser judía, y sus memorias, que han transmitido a la humanidad la importancia de la guerra, el dolor de quienes la padecieron, pero sobre todo, la confianza en un mundo más justo.
Por último, la paz inigualable del paseo en bici por el Voldenpark. Allí el tiempo solo es una anécdota, una magnitud. La vida allí no se mide en tiempo, sino el gloria.
Las gaviotas en los estanques, los cisnes, las praderas verdes, los holandeses leyendo un libro sentados en un banco, esperando a la vida, los enamorados, los ancianos dando de comer a las palomas, el verde intenso y húmedo de los árboles
Una ciudad que no te puede dejar indiferente, y unos amigos que fueron testigos de una experiencia grande, que recordaremos con el paso de los años, con nostalgia, alegría e ilusión.
Como dice una vieja cita..
"Viajar es una de las más rentables formas de introspección"
Gracias
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