Abre tu mente, y mira por dentro.
Echa un vistazo a tu interior, pero tratando siempre de que no te atrape.
Para mirar bien por fuera, hay que saber mirar bien por dentro.
Solo puedes amar, si conoces. Quien no conoce a alguien, no puede amarle del todo. Por eso, conócete a tí mismo en profundidad, para poder amarte bien, y poder "amar al prójimo como a tí mismo".
Coge la mochila, el chubasquero, las botas y el mapa, y emprende de una vez el camino. No tengas miedo de empaparte, porque puedo asegurarte que lloverá, y tendrás que refugiarte en las cabañas internas que hayas construido a lo largo de tu vida. Te aseguro también que verás un sol radiante, que mirarás al cielo y verás los recuerdos más bellos de tu pasado, y te cegará la vista todo el amor que recibiste, sin nada a cambio. También sentirás frío y revivirás los más profundos dolores, tendrás que dormir sobre la nieve y que amanecerás con escarcha en la cara, como aquellos días que te quedaste dormida entre el llanto. También atravesarás desiertos yermos, verás zonas vacías en tí, y tendrás que aprender a construir allí nuevas civilizaciones y tendrás que llevar vida, o... dejarlo desierto, quién sabe. Dicen que es necesario tener dentro de tí huecos vacíos, sin ruidos.
Te aseguro que atravesarás puentes quebradizos, y que sentirás miedo de caer dentro de tí mismo, pero no olvides el principio que te conduce, y continúa. Te maravillarás de la belleza de tus atardeceres, entre las callejuelas de tu pueblo, y mirarás con nostalgia y amor. Procura que en el viaje tu mirada se vaya transformando. Es el objetivo.
Quizá llegues desnudo a tu destino, quizá en este viaje personal pierdas todo cuanto llevabas, excepto una cosa: la esperanza.
Cuando llegues, descubrirás en milagro.
:)
Puedes acariciar a la gente con palabras
viernes, 17 de mayo de 2013
domingo, 12 de mayo de 2013
Mamá
Desde su corazón, te mandó sus latidos hasta el vientre. Te regaló casi todo lo que comía para nutrirte de vida. La dió igual estar fea, porque lo que llevaba en su interior era más bello que su belleza. La diste patadas desde dentro, y ella tan solo acarició su barriga , tocándote desde fuera y esbozando una sonrisa.
Fuiste, y eres, su sueño por cumplir. Fuiste los biberones, los chupetes, los pañales y las rabietas esperando ansiosas tu venida. Fuiste y eres sus proyecciones, las respuestas a todas sus preguntas.
Ella fue tu hogar durante nueve meses. Fue tu borbotón de vida, fue la misma sangre que corría por tus venas. Podemos decir que hemos vivido dentro de alguien alguna vez, podemos decir que nos hemos alimentado de su corazón, y que hemos sido su peso, y que hemos sido el sueño más precioso de alguien: de nuestras madres.
Nuestro primer llanto fue su primera lágrima de amor verdadero, de amor maternal en las cuatro paredes del hospital. Las gotas de sudor que caían por su frente se consolaban cuando ella rozó con sus manos mis mejillas, cuando me apretó contra su pecho. Sé que ella lloró cuando vio los dedos de mis pies moverse pero sé que fueron lágrimas de felicidad.
Ella estuvo ahí en mi primer llanto, y permanece.
Ella me vió desnuda, y sigue haciéndolo, sigue viendo mi alma al descubierto, tal y como es.
Ella me alimentó, y continúa alimentándome con sus palabras.
Ella me dió la bienvenida cuando entré por la puerta entre pañales por primera vez, y continúa haciéndolo todos los días, cuando oye las llaves.
Fuiste, y eres, su sueño por cumplir. Fuiste los biberones, los chupetes, los pañales y las rabietas esperando ansiosas tu venida. Fuiste y eres sus proyecciones, las respuestas a todas sus preguntas.
Ella fue tu hogar durante nueve meses. Fue tu borbotón de vida, fue la misma sangre que corría por tus venas. Podemos decir que hemos vivido dentro de alguien alguna vez, podemos decir que nos hemos alimentado de su corazón, y que hemos sido su peso, y que hemos sido el sueño más precioso de alguien: de nuestras madres.
Nuestro primer llanto fue su primera lágrima de amor verdadero, de amor maternal en las cuatro paredes del hospital. Las gotas de sudor que caían por su frente se consolaban cuando ella rozó con sus manos mis mejillas, cuando me apretó contra su pecho. Sé que ella lloró cuando vio los dedos de mis pies moverse pero sé que fueron lágrimas de felicidad.
Ella estuvo ahí en mi primer llanto, y permanece.
Ella me vió desnuda, y sigue haciéndolo, sigue viendo mi alma al descubierto, tal y como es.
Ella me alimentó, y continúa alimentándome con sus palabras.
Ella me dió la bienvenida cuando entré por la puerta entre pañales por primera vez, y continúa haciéndolo todos los días, cuando oye las llaves.
Música y Poesía
La música, acompañada de la poesía, formarían algo así como el éxtasis del arte. Los violines persiguen a la palabra que se resbala entre las notas de voz de quien las hace manar de sus labios.
La música, con la poesía, formarían algo así como un himno a la vida. Son las gotas de agua que se estiran perezosas en las hojas al caer la mañana. Conforman la geometría de los rayos de luz que se incrustan al atravesar el agua, acristalados.
La música y la poesía anuncian el nacimiento de un nuevo cordero en las praderas de las montañas.
La música y la poesía detonan la explosión de las estrellas en el Universo, nos advierten de nuestra pequeñez y de nuestra grandiosidad. Y es que, hermanos, tenemos el Universo dentro de nosotros mismos.
La música, con la poesía, formarían algo así como un himno a la vida. Son las gotas de agua que se estiran perezosas en las hojas al caer la mañana. Conforman la geometría de los rayos de luz que se incrustan al atravesar el agua, acristalados.
La música y la poesía anuncian el nacimiento de un nuevo cordero en las praderas de las montañas.
La música y la poesía detonan la explosión de las estrellas en el Universo, nos advierten de nuestra pequeñez y de nuestra grandiosidad. Y es que, hermanos, tenemos el Universo dentro de nosotros mismos.
Preguntas
Vas cuesta abajo y sin frenos, pero notando la bofetada de viento golpeándote la cara, y ves pasar todo muy rápido a tu lado, con la sensación de velocidad en las entrañas.
El vértigo de la duda, el interrogante arrogante y jactancioso que se cuela por la rendija más leve que encuentra.
La duda es móvil, la duda genera movilidad. Corre en pos del hombre, hasta alcanzarle, hasta atropellarle y arrollarlo con sus puntos suspensivos. Somos como palomas mensajeras, enviadas a alcanzar una respuesta, y quedarnos en ella, y en ella reposar. La pregunta es la vida. La respuesta es la muerte.
Hay quien busca durante toda su existencia en la Tierra, sin encontrar respuesta. Hay quien, sin embargo, tiene el privilegio de hallar la respuesta, la pieza que falta, y permanecer en ella. Estas personas poseen un remanso de paz que hasta perturba. La paz propia de alguien que ha dejado de buscar, porque ha encontrado su sitio, su verdad.
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